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Mostrando entradas de agosto, 2020

una de la mañana

Cómo te cuento sobre tanto desconsuelo Soy lágrimas  cosidas al cuero cansinas. deshechas  por tanto retornar al cuerpo. el viento tumba los cristales galopa en los visillos violenta  la habitación golpea y desangra el pasado Llagas convulsas vivas. se contorsionan Gritan. cuándo yo no puedo contarte. contarme qué es lo que aúlla con pena lastimeramente en la habitación.

27/08 - 21.25

Es por la brizna que es la vida. Polvo, la nada que somos. Buscamos ese lugar dónde los sueños son dogma  el arte es el cuerpo y sentir  es el verbo .

juego

Lamo la miel de tu ombligo como si fuese la gravedad  que ata mi cuerpo  al tuyo, y las soltamos, y las dejamos jugar a las bocas dulcemente  en nuestro planeta  de miles de estrellas.

La vía láctea: crema de estrellas infinita. que se estira como las almas.

  Ella bebía del manto de la vía láctea el néctar que la hacía tan bella y volátil, su cuerpo se alumbraba como una luciérnaga y su sonrisa impartía plenitud a quien la viese, era su forma de acallar los dolores que la desgarraban por dentro y la socavaban, ponerle un bozal a los quejidos de su alma derrumbada.  Nadie sospechaba que la magia de las estrellas se desbordaba en su interior y la estaba consumiendo. Incendiándola hasta volverla brizna del espacio.

Allá

  Mañana blanca de brillo tenue, que se asienta paulatinamente en los parpados, los visillos suavizan el ventanal, la vista a la calle y sus rugidos de ciudad gimen agónicos en el día a día típico de la urbe, donde se pierden los gritos y los aullidos de los lobos. Cierro los ojos, estoy rodeada de nieve, sentada en una atalaya congelada, en medio de un bosque inhóspito, desierto blanquecino, aire tajante, aroma a pino. Una figura montaraz se mueve ágil en la lejanía, dando zancadas por la nieve blanda y espesa que lo hunde borrando parte de su contorno, da saltos perspicaces, violentos para abrirse camino por la nieve virgen. Con lomo corvo, cabeza encogida, piel erizada, pelaje oscuro tupido moteado en plata, esconde ojos indómitos bruñidos en instinto, que suspiran aliento voraz por la vida, son color caramelo rasgado, encendidos en el paisaje uniforme níveo, dos llamas refulgentes insaciables. Se detiene en seco. Olisquea el suelo frío. Levanta parco la pesada cabeza, resping

parpados

  Después de llorar tengo tanto sueño, una somnolencia me ataca con agudeza los parpados, es como si necesitara llorar para dormir y descansar tranquila, sin peso, para levitar como las hojas que caen en otoño y veo desde mi ventana desprenderse de los vástagos y  arremolinarse  bailoteando absortas en su danza mortuoria.

pinturitas

llevo puestos los colores del cielo, a veces, cuando te beso. y suspiro amores en tu cuerpo, y me embeleso con tu piel. esa quietud que sosiega mis colores. aplaca el ardor, abraza un calor, incendio vivo del poniente en un agosto dorado por tu boca